Se me olvidaba el mar y toda su paz. Se me olvidaba el mar y ese azul lleno de motas brillantes que titilan bajo el sol, sin parar nunca. Se me olvidaba el mar y su sonido que acuna y medita sin que te des cuenta. Se me olvidaba el mar y su brisa, salada y fresca. Se me olvida el mar y mi pelo, asalvajado y libre. Se me olvidaba el mar y los pies descalzos en la arena y entrar al agua encogiendo la barriga. Se me olvidaba el mar y los ojos ardiendo y un sabor salado en la boca y esa cerveza helada que lo elimina. Se me olvidaba el mar y ese libro nuevo ya hecho polvo, húmedo y maltrecho... Cargado de arena. Se me olvidaba acostarme a dormir y no abrir ojo hasta la mañana, tras un sueño pacífico cargado del cansancio sabroso de meterse en el océano.
viernes, 7 de febrero de 2025
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